jueves, 24 de marzo de 2011

CUENTO..."En la diestra de Dios padre"

Resumen de “En la diestra de dios padre” de Tomás Carrasquilla. Un hombre muy pobre era demasiado generoso con todo el mundo. La hermana lo recriminaba por estar dando lo que no tenia. Su casa estaba llena de enfermos y desposeídos. Llegaron dos forasteros, uno viejo uno joven a la casa y pidieron ayuda. Peralta los dejó entrar y le pidió a su hermana que buscara en las alacenas a ver que había. Ella fue y busco de mala gana pero encontró todo lleno de comida y de carne. La hermana pensó que era dios que premiaba a su hermano por las buenas obras. A la mañana siguiente los Forasteros habían abandonado la casa y Peralta encontró una bolsa llena de onzas del rey. Peralta corrió a buscar los forasteros y cuando los alcanzó les devolvió la bolsa con el dinero. Los forasteros se presentaron como Jesús de Nazareno y Pedro el discípulo. Le dijeron que lo querían probar y como había resultado ser bueno y honesto tenia derecho a 5 deseos. Peralte pidió: Ganar el juego siempre que el quería. Que la muerte le llegue por delante y no a la traición. Detener al que quiera por el tiempo que él quiera. Achiquitarse hasta el tamaño de una hormiga. Y luego le pregunto a Jesús si el dueño de los condenados era él, el padre eterno o el patas. Jesús le respondió que el espíritu santo, dios y él eran los dueños de todo pero que los condenados le pertenecían al diablo. Entonces Peralta pidió por ultimo que el patas no le pudiera hacer trampa en el juego. Peralta ganó mucho dinero en el juego e hizo miles de obras de caridad, su hermana compró casas y empezó a comportarse como rica, sin embargo Peralta siguió vestido como un pordiosero. Un día llegó la muerte. Un esqueleto con cabello largo y una herramienta filosa. Peralta vengo por ti. Le dijo. Peralta no se opuso pero le pidió un plazo para hacer su testamento. Le dijo que se subiera a un árbol y disfrutara del paisaje del pueblo. Peralta utilizó su poder y la dejó paralizada ahí por siempre. Nadie más volvió a morir. El cielo y los infiernos entraron en crisis. La gente pensó que la muerte se había muerto y no volvieron a misa. San Pedro fue a la casa delegado por dios y pidió a peralte que les prestara la muerte, él la presto siempre y cuando no le hiciera nada. La muerte se propago rápidamente hasta cuando todo tomó su orden. Luego peralta se enfermo de una pata y como ya estaba cansado mandó a hacer su testamento y cuando llego la pelona el se dejó. Peralta quedó como un alma del purgatorio. Cogió un camino que lo llevó hasta los infiernos y allí se echó a jugar todo tipo de juegos con el diablo apostando su alma contra las almas que él tenia y que estaban rondando sin entrar al infierno. Así le gano millones de almas. El diablo no quiso apostar las almas del infierno y se puso a llorar. Luego mando a que echaran del infierno a Peralta. Este se fue para el cielo y San Pedro lo cogió a trompadas. Peralta le dijo que traía esa gente para que se la dejara entrar. San Pedro corrió y le cerró la puerta. Busco al señor y le contó lo que pasaba. El señor dijo que los condenados eran por toda la eternidad. El señor mando a dos santas a que escribieran algo. Mando a entrar a peralta y los tambores se silenciaron. La leyenda decía” nos tomas de Aquino y santa teresa de Jesús, mayores de dada y residenciadas en el cielo por mandato del señor hemos venido a resolver esto. El documento aceptaba que Peralta había ganado esas almas en juego limpio y que por tanto le pertenecían pero que no podían entrar al cielo y tenían que quedarse afuera. Y que había que darle a Peralta un infierno nuevo para que llevara sus almas. Y que dios le regalaba treinta tres mil millones de cuerpos para que metiera esas almas y cuando morían los cuerpos eran llenados por las almas de otros que venían condenados desde la vida. así hasta el juicio. Peralta se puso contento y vio las plazas del cielo llenas de joyas preciosas. Dios le dijo que escogiera su lugar en el cielo por que él lo merecía. Peralta se hizo pequeñito y se abrazó a la cruz y está sentado a la derecha del señor.

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